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Unos 300 niños fueron encadenados y violados en un colegio en Nigeria

La Policía de Kaduna encontró a un centenar de estudiantes que estaban encadenados.

La redada se produjo el jueves por la noche ante las quejas reiteradas de los vecinos del barrio de Rigasa.
Actualizada: 29/09/2019 11:56
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La Policía de Kaduna, en el norte de Nigeria, ha liberado a más de 500 personas, según la cadena BBC, de «diferentes nacionalidades», en su mayoría menores, víctimas de torturas y violaciones en una supuesta escuela coránica. El propietario del edificio y sus seis asistentes han sido detenidos.

La redada se produjo el jueves por la noche ante las quejas reiteradas de los vecinos del barrio de Rigasa, en la ciudad norteña de Kaduna. «Recibimos información de que algo sucedía en este centro. Al llegar aquí descubrimos que no se trata de un centro de rehabilitación ni de una escuela islámica», confirmó a la prensa tras el rescate el jefe de Policía de Kaduna, Ali Janga, en declaraciones recogidas el viernes por la prensa local. La policía local descubrió entonces a centenares de jóvenes que vivían «en condiciones inhumanas y degradantes con el pretexto de enseñarles el Corán y enderezarlos», según afirmó el portavoz de la policía de Kaduna, Yakubu Sabo, y recoge Afp. Se encontró una «cámara de tortura», donde los estudiantes eran colgados de cadenas y golpeados cuando sus profesores consideraban que habían cometido una falta y eran torturados mientras eran obligados a recitar el Corán. En el momento de la redada un centenar de jóvenes estaban encadenados, algunos de los cuales apenas tenían nueve años. Las estremecedoras imágenes compartidas por la policía muestran grilletes alrededor de los tobillos y las muñecas de las víctimas, algunos de los cuales tenían graves heridas y cicatrices por todo el cuerpo. Los líderes de la Iglesia «mantuvieron cautivos a las personas sin hogar y los obligaron a mendigar», recogen las autoridades. Además, algunas de las víctimas denunciaron tras ser liberadas haber sido violadas por sus maestros.

Una casa de torturas

Para el jefe de policía de Kaduna, Ali Janga, era una auténtica «casa de tortura» y denuncia que «ningún padre razonable llevaría a sus hijos a un lugar como este». Janga ha prometido una investigación para «llegar a la raíz del asunto» y ha asegurado a la BBC que lo están tratando como si fuera un caso de esclavitud. Sin embargo, el jefe de la policía local ha destacado que la prioridad era evacuar a los chicos, llevarlos a un lugar seguro y localizar a sus familiares. Los niños liberados por la policía fueron trasladados a un campamento temporal en un estadio en de la misma localidad mientras se intenta localizar a sus padres. El gobierno está proporcionando alimentos a todas las víctimas, algunos de los cuales tiene apenas cinco años. «Las víctimas eran de diferentes nacionalidades y dos de ellas dijeron que sus padres las habían traído desde Burkina Faso. La mayoría de los rescatados pertenecen a distintos regiones del norte de Nigeria, hay de Malí y Ghana», agregó el portavoz policial.

Prohibido el paso

Los padres de algunas de estas víctimas se han mostrado «conmocionados y horrorizados» cuando han conocido las condiciones en las que vivían sus hijos, según el portavoz de la policía. «No sabíamos que eran sometidos a este tipo de condiciones severas», declaró uno de los progenitores tras conocer la noticia. Algunos padres han explicado a las autoridades que solo se les permitía verlos una vez cada tres meses y que aprovechaban para llevarles comida. Además, han relatado que no se les permitía entrar a la casa para ver lo que pasaba: «Los estudiantes eran trasladados fuera del centro para encontrarse con sus familiares durante escasos minutos», explicó el portavoz.

Bello Hamza, un hombre de 42 años, explicó las atrocidades que había presenciado desde que fuera llevado al centro engañado por su familia hace tres meses. Incluso denuncia haber sido testigo de la «muerte de una persona por torturas» «Otros habían muerto antes de mi llegada por torturas y problemas de salud», ha precisado. «Se supone que es un centro islámico, pero intentar escapar de aquí conlleva un grave castigo», explicó Hamza.

Cierre de la «escuela»

Por su parte, el propietario del centro ha negado todas las acusaciones de torturas y demás abusos: «Lo único que hacemos aquí es enseñar a la gente el islam». Según ha explicado, «los encadenados son los más obstinados que intentaron escapar. Los que no intentan escapar no están encadenados», ha matizado.

Según las autoridades, la escuela abrió hace una década y albergaba a estudiantes llevados por sus familias para aprender el Corán y, sobre todo, para rehabilitar a pequeños delincuentes, drogadictos o enfermos. En su puerta podía leerse un letrero que decía «Centro Imam Ahmad Bun Hambal para estudios islámicos».

En el norte de Nigeria, mayoritariamente musulmán, existen multitud de «correccionales» -algunos más formales que otros- que brindan una estricta educación religiosa, ante la falta de instalaciones públicas que se encarguen de estos jóvenes.

La Escuela Islámica, también conocida como «Almajiri» es un sistema educativo coránico que se emplea en el norte de Nigeria. El gobierno nigeriano recientemente lo criticó públicamente y anunció que planea prohibirlo.

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